Cuando el estreñimiento ralentiza nuestros días

Los cambios de hábitos, el calor y las vacaciones pueden comprometer nuestra regularidad intestinal provocando un problema muy común: el estreñimiento, una afección que tiene un impacto significativo en nuestra vida diaria. Por ello, es importante conocer sus causas y remedios.

Tipos de hinchazón

Una sensación recurrente cuando no podemos ir al baño es la hinchazón abdominal. Seguro que te ha pasado, al menos una vez: vivir la incomodidad de tener el abdomen hinchado y sentirte pesado. En estos casos, primero hay que distinguir entre hinchazón en la parte alta del abdomen, y la producida en la zona baja:

• La hinchazón alta está presumiblemente relacionada con un problema localizado en el estómago y suele atribuirse a una mala digestión. A menudo, la causa es algo tan sencillo como el hecho de haber comido mucho o demasiado rápido.
• La hinchazón baja, en cambio, es muy probable que sea de origen intestinal.

¿Cuándo hablamos de estreñimiento?

Hablamos de estreñimiento en dos momentos muy concretos: cuando se presenta un tránsito intestinal lento con evacuaciones poco frecuentes, en los que no se advierte tampoco la necesidad de defecar, o bien cuando existe un problema de evacuación, es decir, cuando, a pesar del esfuerzo, las heces permanecen mucho tiempo en el recto por una dificultad en la evacuación.

El estreñimiento es mayormente temporal y está relacionado con malos hábitos alimentarios: un horario demasiado ajetreado, una dieta pobre en fibra, poca hidratación, cuando cambiamos de lugar o de entorno o un estilo de vida excesivamente sedentario. ¿Un ejemplo? Cuando estamos de vacaciones y no podemos ir al baño hasta que volvemos a casa.

Otras veces, sin embargo, puede deberse a problemas de mayor gravedad.

¿Cuándo es necesario acudir al médico?

Salvando lo anterior, cuando ya no solo se trata un problema de alimentación y hábitos diarios, es importante reconocer las señales de alarma que nos envía nuestro cuerpo:

• Presencia de sangre en las heces.
• Dolor abdominal severo.
• Sensación constante y permanente de querer ir l baño, pero no conseguirlo pese el esfuerzo.
• Empeoramiento de los síntomas o presentar habitualmente cambios en la defecación (estreñimiento o diarrea).

El estreñimiento ocasional

Hablamos de estreñimiento ocasional cuando nuestra regularidad intestinal se altera en ocasiones puntuales, por ejemplo, cuando estamos fuera de casa y cambian nuestros hábitos alimentarios. En estos casos, basta con revisar la dieta, beber más agua y volver a la rutina diaria.

Tampoco debemos preocuparnos en exceso por variaciones ocasionales como la frecuencia, el color o la consistencia de las heces. Si son momentáneas, no hay que alarmarse.

El estreñimiento persistente

Si presentamos un tránsito intestinal lento de manera frecuente, durante semanas, meses o años sin ninguna causa ni señales de alarma, lo primero que debemos hacer es corregir nuestros hábitos alimentarios: introducir alimentos integrales, frutas y verduras en nuestra dieta y mantenernos siempre hidratados a lo largo del día, especialmente durante el verano y las vacaciones.

Si observamos que el estreñimiento persiste, debemos consultar a un médico que valorará si es conveniente proceder con revisiones o tratamientos especiales.

¿Sabías qué...?

En algunos casos, si el estreñimiento es ocasional, puede ser útil recurrir a sustancias naturales que estimulan la evacuación, como el Sen y el Ruibarbo, que también pueden utilizarse a diario en casos de estreñimiento más rebelde.

@todos: ¿Nos hemos enfrentado alguna vez a problemas de estreñimiento?